CDyT 30 años, entrevista a Silvia Storani

La revista científica Ciencia, Docencia y Tecnología (CDyT) cumple tres décadas de trayectoria, en este marco entrevistamos a Silvia Storani, editora de la revista durante 25 años. Storani da cuenta de las distintas transformaciones del campo científico-tecnológico y editorial, y del compromiso con la comunicación científica a lo largo de estos años.

Silvia Storani: “La ciencia debe ser comunicada adecuadamente y tener la mayor difusión posible”, por Greta Bellmann y Brenda Schonfeld*

Silvia Storani


Silvia Storani es profesora de Castellano, Literatura y Latín y Master en Metodología de la Investigación Científica y Técnica. Cuando se creó la revista Ciencia, Docencia y Tecnología (CDyT), era docente en la Facultad de Ciencias de la Educación de UNER, realizaba investigación sobre Lingüística y Cognición y colaboraba en la organización de la Editorial de la UNER. Desde ese lugar, se le asignó la tarea de publicar la Revista, y siguió con la misma hasta el 2015, año en el que se jubiló.
Desde sus inicios en 1990, la revista publicó en forma ininterrumpida comunicaciones científicas, ensayos, experiencias docentes y metodológicas, artículos de investigación de distintas disciplinas de Argentina y otros países de Latinoamérica. A través de esta entrevista, trataremos de dar a conocer más sobre la historia y la labor de la revista durante estos 30 años.

¿Cómo surge la revista?
-En 1989, CDyT fue creada por resolución del Consejo Superior, como una publicación del Rectorado desde las Secretarias Académica y de Investigaciones Científicas y Tecnológicas. Se encomendó la redacción del Reglamento de la revista a dos académicos vinculados a la investigación: el Ing. Víctor Lallana por Ciencias Agropecuarias y la Prof. Silvia Dosbá de Duluc por Ciencias de la Educación. El primer número apareció en 1990, por lo que este año se cumple el treinta aniversario.
¿Con qué propósito se creó CDyT?
-El propósito fue estimular a los docentes de la Universidad, y en especial a los muy pocos que estaban haciendo algún trabajo de investigación, para que escribieran y publicaran ya que la UNER no tenía suficiente producción científica.
¿Cuál fue su labor en la revista?

Desde el principio me desempeñé como Asistente de Dirección; cuando asumí como Secretaria de Ciencia y Técnica de la Universidad, pasé a ser una de las Directoras de la revista (2001 y mitad del 2002) y Editora científica de la misma. De todos modos, mi trabajo consistió en acompañar y orientar a los autores en la revisión de su escritura académica: hacer la lectura preliminar de originales para resolver inadmisibilidad o adecuación a las Normas de presentación. Además organizar y ejecutar el proceso de evaluación hasta la aprobación, y en pre-publicación controlar la superestructura textual. Todo eso sumado a las otras tareas de un editor: revisión periódica de las Normas de Presentación de originales, elaboración de los textos informativos sobre la revista para las plataformas online y los organismos indizadores, la relación personal con evaluadores y con bases de datos e indizadores, así como con otras publicaciones, hemerotecas y centros de documentación. Siempre continué formándome, a través de los cursos que ofrecía el Centro Argentino de Información Científica y Tecnológica (CAICyT-CONICET) http://www.caicyt-conicet.gov.ar/sitio/, los congresos de especialidad y los Foros de Editores de CAICyT y Redalyc https://www.redalyc.org/; luego formulé mi tesis para la Maestría en Metodología de la Investigación sobre un tema específico de publicación periódica científica en Argentina. A medida que me especializaba en publicaciones periódicas, impulsaba cambios en el proceso editorial de la revista.

¿Cómo se llevaba a cabo el proceso de evaluación en el inicio?
Como la UNER no tenia evaluación centralizada de proyectos y cada facultad tenía sus propios criterios sobre el tema, los trabajos presentados no eran sometidos a evaluación. En 1994 se creó a nivel nacional el Programa de Incentivos a la Investigación, que requería de las universidades la evaluación previa, periódica y final de los proyectos, con incorporación de evaluadores externos. A partir de entonces, la Dirección dispuso publicar en la revista las reseñas acompañadas junto al Informe Final de proyectos de investigación y desarrollo (PIDs) que ya hubieran tenido la aprobación final del Consejo Superior, así que a partir de 1999 pudimos informar quiénes habían sido los evaluadores de proyecto. Al incorporarse CDyT a LATINDEX https://www.latindex.org/latindex/inicio, debimos adecuarnos a los parámetros establecidos para la evaluación de revistas. En mayo de 2001 se constituyó el Consejo Asesor pero, por ser la revista multidisciplinaria, debíamos recurrir a evaluadores externos específicos para cada artículo recepcionado, respetando el anonimato en el proceso de evaluación “doble ciego”. Comenzamos entonces a incentivar a los investigadores de la UNER para la presentación espontánea de artículos provenientes de PIDs que, independientemente del trámite de aprobación del Informe Final por el Consejo Superior, serían sometidos a evaluación externa anónima. Fue un gran orgullo cuando, en mayo de 2007, el Centro Argentino de Información en Ciencia y Técnica (CAICyT/CONICET) resolvió la incorporación de CDyT al Núcleo Básico de Revistas Científicas Argentinas http://www.caicyt-conicet.gov.ar/sitio/comunicacion-cientifica/nucleo-basico/, con lo que la revista pudo ingresar a SCieLO (Scientific Electronic Library Online) http://www.caicyt-conicet.gov.ar/sitio/comunicacion-cientifica/scielo-argentina/, debiendo presentarse a reevaluación cada tres años.
¿Cómo surge la idea de CDyT Suplemento?

Dado que, por una Ordenanza, las reseñas acompañadas con los Informes Finales de los PIDs estaban destinadas a la revista, pero CDyT ya publicaba solamente artículos o comunicaciones admitidos por proceso de evaluación externa, en 2011 la Dirección resolvió crear CDyT Suplemento para contener esas reseñas. El Suplemento se pensó como una solución de coyuntura hasta tanto se implementaran los repositorios institucionales online en los que habrían de cargarse los Informes Finales, según un proyecto que estaba presentado en el Congreso de la Nación; la promulgación de la Ley de Repositorios (Ley 26.899) sucedió en 2013, pero la cuestión aún hoy no ha sido concretada en la UNER. Actualmente, el Suplemento sigue concentrando la publicación de las reseñas de los Informes Finales de todas las Unidades Académicas, se edita anualmente y a la fecha se han publicado 9 números.

¿Cuándo implementaron el sistema Open Journal Systems (OJS)?

La publicación electrónica de CDyT comenzó en 2001 a través de una página web de la revista, que funcionó aceptablemente durante varios años, luego los sistemas quedaron desactualizados. En 2014, cuando salió la nueva versión del OJS, la Secretaría de Ciencia y Técnica nos pagó la formación a todos el equipo para pasar a trabajar en esa plataforma; el trabajo lo hicimos con Carolina Campo (coordinadora técnica), Candela Suarez (correctora), Maximiliano Franco (responsable informático) y Gabriela Resset (diseñadora gráfica). La decisión de los Directores de la revista fue bajar el OJS a un server de UNER para crear el Portal de Publicación Científica (PCient) de la Universidad http://pcient.uner.edu.ar/, donde se publicaran CDyT y CDyT Suplemento y pudieran incorporarse otras revistas científicas de las Facultades, dispuestas a cumplir los requisitos de calidad editorial del Programa LATINDEX. Pasar a la plataforma de publicación OJS fue también una necesidad, porque la revista había adquirido mayor visibilidad desde su puesta online y, al estar indizada e integrar el Núcleo Básico, llegaban muchos artículos externos, del país y el exterior, por lo que el trabajo artesanal se hacía muy complejo. Así se sistematizó la comunicación entre el editor, el evaluador y el autor y se agilizaron los procesos de evaluación, reescritura para aprobación y correcciones para publicación.

Colección revista

¿Qué aspectos de la revista se fortalecieron en estos 30 años? ¿Qué destacaría de su crecimiento?
-La revista sufrió muchas transformaciones desde que surgió, pasando de ser una publicación “parroquial” hasta llegar a ser incluida en el 2007 en el Núcleo Básico e ingresar a SCieLO. Durante ese proceso de evolución y crecimiento, contamos con la guía y los conocimientos difundidos por instituciones estatales, de Argentina y América Latina. CDyT incorporó la figura del editor científico en el 2001 y se involucró en un rápido proceso de mejora de la calidad, cumpliendo con los parámetros fijados. Para atender a la calidad y originalidad de los contenidos publicados, contamos con la colaboración de gran cantidad de evaluadores externos e internos, además del apoyo de los miembros del Consejo Asesor. En esa primera conformación, nos acompañaron profesionales como el Prof. Dr. Adolfo De Bold (médico investigador de reconocimiento mundial, argentino residente en Canadá) y del Dr. Ing. Carlos A. Martínez Vidal, Tecnólogo de la CONEA, uno de los intelectuales que, junto a Jorge Sábato, pensaron la ciencia y la técnica desde América Latina. Más tarde se incorporaron otros como el filósofo y metodólogo argentino Dr. Juan Samaja (desde el 2005 hasta su fallecimiento en 2007) y el Dr. Terry Shinn (Sociólogo de las Ciencias, actualmente Director emérito de investigación del Consejo Nacional de Investigaciones de Francia).
Gracias al surgimiento en 2002 de REDALyC (Red de Revistas Científicas de América Latina y el Caribe, España y Portugal, impulsada por la UAEM para la difusión de la ciencia en acceso abierto), enriquecimos nuestra mirada editorial en la perspectiva internacional, en la lucha de las publicaciones en español y portugués por ser reconocidas en un mundo que privilegia la publicación en inglés. Nuestra temprana adhesión a la filosofía de acceso abierto (Open Access) nos llevó a interiorizarnos sobre cómo resguardar los derechos de autor, la propiedad intelectual, respetando el carácter público de la ciencia y la libre accesibilidad a los conocimientos producidos desde la universidad estatal y pública, en el marco legal argentino. Llegamos así a la adopción, en el 2013, de una de las propuestas de Licencias de Creative Commons (CC: Compartir igual – sin uso comercial – con atribución de autoría – internacional).

En cuanto a nuestras líneas temáticas, hemos publicado mucho sobre educación, filosofía, política, salud, enseñanza de las ciencias y procuramos fortalecerla en el área de políticas y gestión de Ciencia y Técnica (línea en la que es reconocida por grupos de investigación del país y compite con publicaciones importantes). En cuanto a la revista como objeto comunicacional, el diseño de tapas actual se ha hecho a partir del rediseño llevado a cabo en 1999 por Guillermo Mondejar, según nuestro pedido de romper la tradicional dicotomía entre arte y ciencia, que consideramos manifestaciones distintas de la actividad creativa humana. En las tapas de los números publicados desde el 2002 hasta el 2008 inclusive, se difundieron obras de catorce reconocidos artistas plásticos entrerrianos contemporáneos.

¿Cuál sería para usted la importancia de que los investigadores de la UNER publiquen en la revista?
-Es importante que los investigadores publiquen en esta revista como en cualquier otra revista científica de calidad, porque la ciencia debe ser comunicada adecuadamente y tener la mayor difusión posible; el objetivo es aumentar la visibilidad y formar redes de investigación. Las revistas de calidad aseguran evaluación por pares, en forma anónima y rigurosa, en tiempos prudentes. Para los autores, es la forma más eficaz de asegurarse la autoría de los nuevos conocimientos logrados en su trabajo, tanto por el respaldo que da un sistema serio de referato, como por la protección de su propiedad intelectual ante eventuales plagios.

¿Cómo ve el contexto actual de las publicaciones científicas?

-Es un contexto dinámico con un constante aumento de los criterios exigidos y mucha competencia, que sigue estando dominado internacionalmente por unas pocas editoriales comerciales especializadas. Han proliferado los sistemas de indización, la especificidad, la digitalización de los contenidos, sistemas de marcación e identificación electrónica que requieren equipos editoriales con capacidad de actualizarse permanentemente, lo que se torna difícil de sostener económicamente para los organismos estatales, únicos financiadores en los países latinoamericanos. Por otra parte, hay tensiones y debates en torno a los sistemas de medición de impacto que se relacionan con lo que podemos llamar ciencia central y ciencia periférica. Ésta es una discusión histórica que está siendo manejada principalmente desde enfoques documentalistas, con mucho peso de lo que se denomina ciberestadística. Existe una cierta movilización de actores y sistemas de información científica (como es ahora REDALYC) impulsando la inclusión de la ciencia local y la diversidad lingüística por el bien común, con el fin de superar la actual evaluación de las publicaciones científicas basada en indicadores métricos como el Factor de Impacto. SciELO, LATINDEX y REDALYC son ejemplos destacados de proyectos para el fortalecimiento de las revistas científicas, que funcionan sin cargar costos al autor ni al lector, y con el anhelo de contribuir a la democratización de la ciencia, como bien común.

*Pasantes de la Facultad de Ciencias de la Educación (UNER)